Venecia añora el turismo de masas

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Venecia añora el turismo de masas

La inundación histórica del pasado noviembre ha provocado la caída del 30% de los visitantes

Venecia añora el turismo de masas
Una fecha marcada en el calendario.Ya han empezado los festejos para el carnaval veneciano, uno de los momentos del año para la ciudad (Antonio Calanni / AP)

Faltaban pocos días para que llegase el ansiado carnaval de Venecia, que empezó el sábado pasado y se prolongará el próximo fin de semana. Es uno de los momentos más especiales del año para la ciudad de los canales. El calendario marca los días en que venecianos y forasteros esconden sus identidades bajo maravillosos trajes barrocos y máscaras de papel maché. Pero, al contrario que en otras épocas, la semana pasada Venecia no estaba abarrotada. Las terrazas estaban vacías, se podía acceder al vaporetto sin colas y hasta algunos negocios seguían con la persiana bajada.

Venecia es un lugar de contradicciones. Símbolo de la masificación turística , recibe anualmente 30 millones de visitantes de todo el mundo y pierde una media de 700 habitantes al año, porque a muchos les sale mucho más a cuenta poner su piso en una plataforma como Airbnb que alquilarla a sus residentes. Está llevando a cabo una serie de medidas pioneras para frenar la degradación de un tesoro, patrimonio de la humanidad, como los famosos tornos para regular los flujos de acceso –un experimento fallido– u obligar a los visitantes que no pernocten en la ciudad a pagar un impuesto a partir de julio. Pero contra todo pronóstico, ahora los venecianos añoran el turismo: ha caído un 30% en los últimos meses.

“Sólo nos faltaba el coronavirus”, dice un gondolero: el alarmismo empaña el inicio del carnaval

El motivo es la histórica marea (que ellos llaman acqua alta ) del 12 de noviembre, que con 187 centímetros sobre el nivel del mar fue la peor inundación desde el desastre de 1966. El agua anegó la mayor parte de las calles de la ciudad, provocó que la basílica de San Marcos envejeciera 20 años en pocas horas y dejó numerosas pérdidas en establecimientos y casas particulares. Según datos del Consistorio, los daños al patrimonio público rondan los 400 millones de euros y han recibido 7.000 reclamaciones de indemnizaciones de ciudadanos privados que en total alcanzan los 95 millones.

Cuando mañana se cumplen tres meses de la subida de la marea, Venecia parece completamente recuperada a nivel logístico pero la herida psicológica es todavía muy profunda. La Asociación de Hoteleros está desesperada. Si normalmente en estas fechas las habitaciones están sobre el 70% de capacidad entre semana y el 100% los fines de semana, el miedo por las inundaciones ha causado que entre semana sólo haya un 40% de ocupación y un 70% los sábados y domingos. Según el presidente de la asociación, Vittorio Bonacini, durante años la ciudad ha sido gobernada como si todo fuese bien, pero “fue obligada a un doloroso despertar” el pasado 12 de noviembre. “El acqua alta provocó un efecto importante porque las imágenes son objetivamente impresionantes”, tuvo que reconocer el alcalde, Luigi Brugnaro, en rueda de prensa ante un grupo de corresponsales.

Venecia en estos días no está  abarrotada como otros años
Venecia en estos días no está abarrotada como otros años (Gonzalo Sánchez / EFE)

Por si no fuera poco, el miedo ante el coronavirus también ha contagiado la ciudad de los canales. Normalmente abarrotada por grupos de turistas asiáticos, estos días era difícil encontrarles. No faltaban quienes paseaban con mascarillas e incluso quienes las combinaban con las auténticas máscaras del carnaval veneciano. El Ayuntamiento quiere restar importancia al bajo número de turistas chinos que llegan a Venecia (sobre un 3%) y asegura que la ciudad está extremadamente preparada ante todo tipo de emergencia, pero lo cierto es que el alarmismo provoca que otras personas de terceros países se lo piensen dos veces a la hora de viajar. Una familia turca aseguraba que estuvieron a punto de anular sus reservas por este motivo. Italia, además, ha sido el primer país europeo en cerrar el tráfico aéreo con el gigante asiático. “Sólo nos faltaba el coronavirus”, decía con ironía Andrea Balbi, gondolero desde hace más de 20 años. “Desde hace unos días, a los chinos ni se los ve”.

Con la moral tocada, Venecia toma las legendarias festividades de febrero como una oportunidad de demostrar al mundo que aquí no hay nada que temer. Los visitantes que iban llegando estaban encantados con la situación. “Entiendo la preocupación de los hoteleros, pero disfrutar de Venecia sin colas es una maravilla”, apuntaba Ana, una turista madrileña. “Vinimos hace unos años y casi no podíamos pasear. Ahora es mucho mejor”

Vía: https://www.lavanguardia.com/



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